viernes, 2 de julio de 2010

Un mar de Estrellas

La brisa del mar acaricia mi rostro y agita mis cabellos. Camino descalzo sobre la fina capa de arena, y siento cómo mis dedos son acariciados por cada grano, mientras atraviesan las capas. Me detengo frente a la orilla, mojándome hasta el muslo en las aguas cristalinas, sintiendo como las piedras afiladas magullan mis pies, aunque lo que de verdad sangra es mi corazón.

Miro hacia delante, hacia el horizonte, y una lágrima cae de mi rostro. Elevo la vista al cielo, hacia las estrellas de la noche, millones de puntos luminosos que me miran burlescos.

El viento vuelve, trayéndome la fragancia de su pelo, y mi mente se llena con los recuerdos de su bello cuerpo desnudo al pálido reflejo de la luna, de nuestros rostros unidos en un beso y de lo que debía haber sido un simple baño, mientras ella gritaba desconsolada, y la corriente la arrastraba…
Rompo a llorar, y caigo de rodillas haciéndome cortes por mi descuido, pero no me importa. Ella era el amor de mi vida, y ahora no tengo nada. Levanto la vista al cielo, y vislumbro su rostro, su bello rostro, entre las estrellas, dibujándose de un modo claro.

Miro hacia el horizonte de nuevo, y mi decisión se fortalece.

- Pronto estaré junto a ti – Susurro quedamente, para no romper la belleza del entorno con mi ronca voz.

Me levanto, y camino entre las piedras siguiendo la ruta que me guía la luna, hundiéndome cada vez más. De pronto, estoy nadando, y continúo durante quién sabe cuánto tiempo. Mi túnica se rasga con una piedra extremadamente larga y afilada y me veo nadando desnudo. Mis fuerzas flaquean, y mi decisión se debilita. De pronto, comprendo que ya no hay vuelta atrás. Sé que por fin la veré, pero incluso así, no consigo estar en calma. Lloro, por la inalienable promesa de la muerte, que llega más temprano que tarde. Intento luchar contra la corriente, pero pronto me dejo llevar por ella, arrastrándome hacia el reflejo de la luna. Vuelvo a mirar al cielo, y mientras siento que las fuerzas me abandonan y me hundo lentamente, miro al cielo y veo su rostro en mitad de otro mar. Un mar de estrellas….