viernes, 20 de mayo de 2011

La verdadera democracia

En los últimos días, el movimiento 15-M, que reclama una democracia de verdad ha ido ganando fuerza en toda España. Muchas cosas se podrían decir sobre la acampada en la Puerta del Sol, donde miles de personas llevan días reclamando que se les escuche y proponiendo, mediante asambleas públicas y abiertas, aportes para este movimiento. Podría tirarme horas hablando sobre todo esto, pero esta entrada está dedicada al movimiento en Ciudad Real.

Ayer jueves, tuve por fin la ocasión de pasarme a conocer más sobre la manifestación que comenzó el pasado miércoles, con acampada incluida, y pude asistir a la asamblea abierta celebrada a las ocho.

Allí se discutió sobre diversos asuntos, primando la reforma de la ley electoral y más tarde la discusión, con el soporte jurídico de un abogado allí presente, de qué hacer a partir del Sábado a las 00:00, hora en la que estas concentraciones pasan a ser ilegales en toda España.

Y el punto más importante, de todos los tratados, fue la reforma de la ley electoral.

Había personas que defendían una democracia directa, como (con muchos, muchísimos matices) hicieron los antiguos griegos o tal y como dijo una chica se produce en Ginebra. Estas personas estaban en contra de la representación de políticos. Algunos hablaban de reuniones semanales para decidir las leyes, otros de grupos asamblearios en cada ciudad mediante los cuáles las decisiones fuesen ascendiendo hacia arriba en la organización (lo que, creo yo, implica un mínimo de representación) e incluso un joven salió a hablar sobre que internet era la clave para llegar a tomar las decisiones y que provocó opiniones muy dispares entre los allí presentes. En definitiva, todo para el pueblo, por el pueblo.

A su vez, otro grupo hablaba de establecer cotas al poder político. Mantener la representación, pero sin las libertades que disponían, con más presencia ciudadana y limpieza de cargos públicos y, evidentemente, negándose completamente al bipartidismo PP PSOE, reclamando nuevos partidos que no estuviesen corruptos, basando esta creencia en la consideración de que es imposible que el 100% de la sociedad española con capacidad de voto pueda reunirse y votar todas y cada una de las decisiones acordadas en el Congreso.

A mi juicio, todos estaban de acuerdo, al menos, en la necesidad de reformar dicha ley para hacer que los votos de todas las personas de España cuenten por igual, aunque puede llegar a decirse que hubo un intercambio de palabras realmente frenético entre los defensores de unas ideas y otras, en algunas ocasiones.

También se abordó el problema de las universidades y el plan Bolonia, destacando lo poco o nada preparados que estaban los profesores sobre esto, y cómo el cambio debía partir desde el alumno; sobre si seguir o no los puntos acordados en el manifiesto oficial de la plataforma Democracia Real Ya (que un chico salió a leer, entre aplausos de los asistentes en los puntos donde estaban a favor, y que generó gran controversia, especialmente a partir del punto en el que alguien dijo que en Sol se estaba hablando de formar un grupo político) e incluso se habló de formar un propio manifiesto desde aquí con ideas propias y recogidas de otros manifiestos.

También salió un hombre a hablar de la necesidad de una educación de verdad y válida como puente y camino para la verdadera democracia. Incluso, mi amigo Daxean salió para defender la necesidad de un cambio sin prisas, para evitar caer en el caos, remarcando que no podemos cambiar de la noche a la mañana cuando el resto del mundo permanece con sus mismos regímenes. En resumen, fueron unas horas muy interesantes y variadas, donde se escuchaban las opiniones de todos y se respondía con respeto. Todos éramos "compañeros"

El problema surgió cuando algunas personas aprovecharon para hablar, de manera generalizada, de otros movimientos que no deberíamos considerar parte de este movimiento.

Un par de chicas gritaron en cierto momento: "¡Muerte a la monarquía!" No os engañaré, yo soy republicano. Sin embargo, este movimiento no tiene ninguna relación con la monarquía. Tenemos problemas mucho más acuciantes en España, y si empezamos a generalizar con hechos que solo buscamos algunos, todo este movimiento se disgregará, y nada servirá de nada.

Lo mismo ocurrió con otro chico que salió a leer unas palabras escritas en una libreta, hablando sobre la lucha del proletario contra el burgués, y toda esa parrafada comunista.

De nuevo, insisto, la gente es libre de pedir lo que quiera, pero este no es el momento ni el lugar para hacer llamamientos republicanos, monárquicos, sionistas, de rojos, de azules o de grises. Estamos aquí para pedir el cambio en nuestros políticos, para pedir una democracia de verdad. Olvidémonos de nuestras pasiones y deseos. Olvidémonos de lo que cada uno queremos, y centrémonos en lo que todos reclamamos. Esa es la verdadera democracia.

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